Al bajar del autobĂșs, la ciudad me dio una tregua y, cruzando el semĂĄforo, el reloj marcaba las diecisiete horas y diecisiete segundos; el termĂłmetro, alumbrado por un tĂmido sol, marcaba tambiĂ©n 17 y sorprendida por la coincidencia pisĂ© la acera justo a los 17 segundos para que se pusiera en rojo el semĂĄforo. 17.17h 17Âș 17â
La vida, a veces, tiene estas casualidades y si esto fuera I Origins y yo fuera una cientĂfica algo excĂ©ntrica, Ă©sta habrĂa sido una señal inequĂvoca de que estaba en el camino correcto que me llevara hacia el amor de mi vida. Suerte que ya lo he encontrado, pensĂ©; lo mismo sĂłlo tengo que comprar la loterĂa.
Me encontraba en este pensamiento cuando justo lleguĂ© al portal de casa. Como no tengo llave del buzĂłn (sĂłlo tenemos una) metĂ la mano dentro mientras una ancianita asomaba desde el descansillo y me preguntaba: Âżvas a subir en el ascensor? SĂ le dije. ÂżVas muy arriba? Como al cinco â le contestĂ©. Entonces sube tĂș primero â me dijo.
Nada mĂĄs cerrarse la puerta iniciamos esa conversaciĂłn que suele repetirse a menudo en los ascensores.
-QuĂ© viento hace Âżverdad? El tiempo estĂĄ loco â me dijo.
- SĂ, a ver cuando se va el frĂo.
Le contestĂ© consciente de que a esa hora no hacĂa un frĂo excesivo, pero esta mañana cuando salĂ de casa a las 7.30, el reloj no estaba para poĂ©ticas y su termĂłmetro marcaba un mĂsero grado. Los coches escarchados en las aceras lo corroboraban.
Y sĂ, aquĂ estoy yo y hoy he venido a hablar del tiempo.
Esperando a Godot
Al micropiso de habitaciĂłn y media con integraciĂłn de cocina y minibaño  de 38 m2 en el que vivimos PingĂŒino y yo nos llegĂł hace poco una carta. Ni siquiera estaba a nuestro nombre pero llevĂĄbamos temiĂ©ndola durante los dos meses y medio que la estuvimos buscando dĂa a dĂa en el buzĂłn. La carta corresponde a un tal Señor Iberdrola y aunque llegĂł silenciosa la muy p**** nos dio un susto que nuestros salarios precarios se quedaron temblando en bancarrota y todavĂa estamos intentando recuperarnos.
Tengo que decir que en mi casa no se pone la calefacciĂłn hasta que empieza a haber vaho en los cristales y estamos tiritando como hĂĄmsteres (he buscado el plural en la RAE).  En casa sĂłlo hay bombillas de Led y ademĂĄs vestimos como esquimales: bufanda, doble pijama y calcetĂn por encima; arriba la bata. SĂ, todo muy erĂłtico, pero hasta hoy nos funcionaba para cuidar nuestros bolsillos y poder darnos el lujo de cenar por ahĂ alguna vez al mes.
AsĂ que no puedo mĂĄs que indignarme cuando me llega una factura inhumana y me pregunto si de verdad me estĂĄn cobrando lo que consumo. Luego estĂĄ este otro señor: Vicente del Bosque. Tengo que decir que el fĂștbol no es santo de mi devociĂłn, asĂ que cuando me entero de que el Señor Iberdrola, que serĂĄ muy fan, contrata de consejero a Don Vicente, me entra una mala leche que soy capaz de transformarme en un gremlin sin agua y sin comer despuĂ©s de las 12 de la noche.
Y me pregunto, Âżtengo yo, que no me gusta el fĂștbol y que no conozco a este señor de nada, que pagar con mi mĂseronidelejosmileurista salario las comisiones millonarias de este señor? ¿De verdad tenemos los millones de españoles que agachar la cabeza y pagar un consumo que cada vez sube mĂĄs cuando se supone que los electrodomĂ©sticos son mĂĄs eficientes, que hemos cambiado las bombillas por Led y sĂłlo encendemos la calefacciĂłn cuando rozamos los 0ÂșC?
Ahà dejo la reflexión, pero al primero que decida convocar una manifestación para luchar contra este abuso continuo que nos lleva a la pobreza energética lo sigo al fin del mundo ya llueva, truene, nieve o se me congelen las dos manos al escribir este post.
Puedes ver las demĂĄs en estos posts:
-  Viñeta 1. Por no hablar las cosas.
- Viñeta 2. El amor esâŠ
- Viñeta 3. Sin baterĂa.
- Viñeta 4. Cómo predecir la lluvia.
- Viñeta 5. Hacer propósitos de Año Nuevo.
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Si te ha dado algo de frĂo con esta viñeta o si en tu casa tambiĂ©n tiritas para no temblar con la factura te invito a que veas este maravilloso vĂdeo de la marca de cafĂ© japonesa Maxim Stick y a que entres en calor con los mĂĄs de 1000 cafĂ©s que se sirvieron para hacer el Stop Motion. Yo no soy muy cafetera, pero el vĂdeo me ha hecho tilĂn.
Latte Motion visto en the Fox is Black.